Nuevamente abordamos el tema de la educación, esta vez en un lote más grande, en un área más caliente y donde la brisa se hace necesaria. El árbol aporta la sombra y los años y representa el pulmón del conjunto de edificios y conforma un espacio compartido y unificador.
Los edificios se ubican para aprovechar el aire fresco y se hacen permeables. El edificio de la administración es un cobertizo de gran altura y con aleros sucesivos que bajan la sombra y recrean una agradable penumbra. Espacio contenido, amplio y generoso que se atraviesa sin restricciones y que cobija a pesar de su transparencia.
Los corredores y las escaleras aislan las aulas del calor y los aleros protegen con su sombra de la lluvia y de los rayos del sol. Arriba, monitores aireadores captan la brisa por las rendijas y ayudan a empujar y sacar el aire caliente de las aulas.
Abajo, las aulas son atravesadas por la brisa que barre hacia afuera. Corredores periféricos protegen de la lluvia y el calor, permitiendo desplazarse de un pabellón al otro sin mojarse y en sombra.
Los materiales usados son expuestos naturalmente, con todas sus imperfecciones, para evitar el mantenimiento y reducir su costo de operación. |