La arquitectura contempló consideraciones bioclimáticas por lo que las orientaciones este y oeste cuentan con marquesinas parasol que aportan sombra en las ventanas, y las colindancias muros cerrados de concreto. Los vidrios entintados de doble capa 6-12-6 milímetros, aíslan y las brisas constantes logran refrescar los apartamentos, lo que hace suponer que los propietarios evitaran el aire acondicionado o al menos lo limitarán a los dormitorios.
El agua caliente se produce en los colectores solares orientados sur-este, en el plano inclinado del techo, y se distribuye mediante un circuito cerrado interno con entrega en cada piso. Un doble entrepiso permite libertad en la distribución.
El concreto armado funciona bien en el trópico porque su mantenimiento es mínimo y su coeficiente de aislamiento térmico es aceptable para La Meseta Central de Costa Rica, donde las temperaturas fluctúan entre promedios de 17°C para las mínimas y 27°C para las máximas. En este rango la inercia térmica es irrelevante. El diseño especial de paneles de concreto prefabricados, con superficie ondulada ayuda a disimular las imperfecciones habituales en las industrias emergentes. Este tipo de encargos representan verdaderos desafíos, en los que industriales y arquitectos participamos activamente diseñando los moldes, aportando ideas y colaborando en el control de calidad, para así mejorar el producto final.
La terraza solárium de 60 m2 que cubre los estacionamientos, permite mitigar la radiación y hacer más amigable estas zonas, usualmente tan ingratas. La losa de concreto del techo de los estacionamientos, es un jardín elevado con macetas para plantas, flores y 3 árboles grandes de Guachipelín. Los estacionamientos son iluminados y ventilados naturalmente. Tres palmeras gigantes se sembraron a nivel del sótano, acompañadas de un soto bosque de plantas que sobreviven a la sombra. Otras áreas verdes más pequeñas y macetas grandes con diversidad de plantas completan el proyecto paisajístico de Le Parc.
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